Y un día más se suma
a la cuenta indefinida, yo invito a esta ronda mis queridos amigos, como cuando
celebramos festividades y logros importantes, solo que hoy se reduce a llantos,
quejas y gritos silenciosos. He perdido fe en lo que hay y en lo que será.
Se ha ido la
esperanza de una nueva historia y solo quedan recuerdos y amargas experiencias
de mi no tan gustoso pasado, poco a poco caen y desaparecen las ganas de un tal
final feliz.
Como un amor que nunca
más volverá y promesas perdidas en esta nefasta realidad. Hoy me despido,
conmemoro y ahogo mis “sueños”, ilusiones y demás fantasías con cada gota de
licor que tengo en la mesa.
Detrás de cada “no
más” irónicamente mi alma susurra “un último intento”, cada “no creo” viene de
la mano con un “espero me demuestren lo contario”. Que mas podría esperarse si
nadie puede dejar de soñar de la noche a la mañana.
EN este bar de mala
muerte me refugio de pasadas experiencias, me escondo de problemas que vendrán
y “prevengo” lo que traerá el camino.
Y pensar en mis historias
y criterios ya perdidos, añoro ser aquel niño de pueblo con su sonrisa intacta
y sueños bien servidos, ahora en esta ciudad gris, triste y totalmente
rutinaria que solo trae asfixia a mi ser y tantas variantes y mucho estrés, confusión
y descontrol yo veo por doquier.
Veo que ha llegado un
“nuevo amigo”, me pregunto qué problemas traerá y qué copa pedirá. Solo será
por esta noche o la próxima también estará? Ya todos conocen los demás y es
hora de darle una “bien”-venida y que nos cuente qué pasó en su vida. Menos mal
todos los bohemios y demás borrachos del lugar me son sinceros al hablar,
porque de qué sirve aparentar si el alma no te llena ni te alza, solo engaña y
echa en cara lo que te falta y por lo que te mueres de ganas.
Prefiero estar
borracho a seco y mantenerme contento –o dormido quizá en su defecto-. Prefiero
celebrar por cada trago que entra a esperar cumplir metas. Y muchos dirán que
en lo equivocado estoy, ¡pero qué carajos! Aquí nadie tiene la razón, yo solo
tengo una historia que contar y es justo la que yo viví - creo no me importan
las demás - la de este hombre que sencillamente hoy ya no confía en nada.
Tantos tragos y tantas noches a medio hablar te han hecho daño mi querido amigo, aunque la pena sea dura de cargar tienes varios hombros que te ayudan, y aunque la ciudad sea demasiado lugubre y vulgar ahora, los días daran paso a nuevas aperturas, no te aseguro que todo cambiara porque de eso yo tampoco tengo certeza pero te dare la mano por si piensas caer... Nos veremos pronto de nuevo en ese bar.
ResponderEliminar