Ideas al vaivén de la lluvia...

Al caer la tarde, nubes que si eran blancas, se han degradado a un siniestro grisáceo que nos tiñe a oscuro el puro y… qué más da! Perderé mi tiempo hablando de lo majestuosa que es la naturaleza, lo maravillosa que es la creación, solo quiero llevar estas palabras a tu corazón. Unas palabras a quien este leyendo, a quien me quiera escuchar, a ese ser que se toma la delicadeza de observar minuciosamente cada palabra que menciono ahora.
Podría quedarme una vida describiéndote a ti, describiendo el mundo, el alma, la vida!! Pero prefiero contarte lo que hoy observe:
Así como en aquel momento, finas y delicadas gotas de lluvia azotaban el ahora sofocante asfalto de aquella plaza de juegos, que perdía poco a poco los colores que se difuminaban y luego dispersaban por toda la zona, unidos al líquido fresquito caído del cielo, donde poco a poco las imágenes que con esmero y entusiasmo los pequeños realizaron, tratando de mostrar su perspectiva de lo que para ellos es el mundo.
Así como aquellos trazos coloridos se perdían poco a poco, así mismo cada una de mis conquistas iba perdiéndose entre el sabio viento y el eterno tiempo, perdidas y sin siquiera estar en la mente de alguien.
De qué sirve tener mil y un trofeos entre dorados, plateados o en bronce si detrás de ellos no hubo un aplauso sincero para ti.
De qué sirve tener miles de medallas si no hubo una sonrisa de tu parte y una satisfacción al recibirla.
De qué sirve tener un titulo si pasado el tiempo no hay experiencia ni conocimiento que debe conllevar.
De que, de que, de que! De qué sirve hacer las cosas, de que sirve todo eso si en un parpadeo puede irse como la arena en el desierto, como las estrellas fugaces ante nuestros ojos… De qué sirve una victoria, logro o meta cumplida si está vacía? Si ni siquiera sabes tú porque lo has hecho…por qué estás ahí…Saber que nadie valorará eso, ni tú mismo lo tendrás en cuenta. Vale la pena “luchar” por algo que no tiene sentido pero que igual se sigue y se logra?
Vale la pena esforzarse y no tener con quien compartir esa alegría…
Vaya, tantas preguntas, tantas inquietantes y variables… y no tener siquiera razón para contestarte que es lo que haces con tu vida.